miércoles, 18 de junio de 2008

Homenaje a Carlos Jurado en Buenos Aires

Por Abraham Díaz


DISTRITO FEDERAL, México, 09/05 (N22).-El arte de aprehender la luz y transformarla en imágenes ha sido una obsesión desde tiempos muy lejanos. Pitágoras y Platón, por ejemplo, trataron de definir filosóficamente el concepto de luz, siendo Aristóteles quien dejó constancia de sus experiencias y conocimientos sobre la cámara oscura.

Por su parte, Abd-El-Kamir (vivió en la misma época que Merlín, es decir, siglo VI d.C) descubrió una emulsión fotosensible que nunca utilizó en la cámara oscura.

Pero no fue hasta el siglo XI que el árabe Adojuhr construyó cajas mágicas para capturar espíritus malignos. Esto le costó la vida en 1,067 debido a que se trataba de algo prohibido por el Islam: hacer representaciones de los hombres y las cosas, y sobre todo, por intentar congelar el tiempo.

Ya en nuestro tiempo, el arte de aprehender imágenes tiene varios representantes muy destacados, y uno de ellos es Carlos Jurado (Chiapas, 1927), moderno alquimista que es motivo de un merecido homenaje en el Primer Encuentro Nacional de Fotografía Estenopeica en la capital argentina.

Pionero en México y Latinoamérica de ese tipo de fotografía, Jurado es autor del célebre tratado El arte de la aprehensión de las imágenes y el unicornio, donde describe su relación con la cámara oscura y el arte de retener imágenes, una historia donde habla sobre el uso del cuerno del unicornio en la creación de la fotografía.

En entrevista telefónica para N22 desde Buenos Aires, Carlos Jurado comentó que este encuentro surge por iniciativa de Jorge Mónaco, director de la Escuela Nacional de Fotografía, quien hace algunos años había visitado Veracruz como invitado del Primer Encuentro de Fotografía Estenopeica, que se realizó en México, donde el entrevistado era uno de los organizadores.

Aprovechando la visita de Carlos Jurado a Buenos Aires, Mónaco aprovechó la coincidencia para organizar este encuentro nacional en honor del fotógrafo mexicano.

Del 9 al 31 de mayo, la Escuela Nacional de Fotografía con sede en Buenos Aires albergará una serie de actividades que incluyen exposiciones, charlas, proyecciones y la presentación de El arte de la aprehensión de imágenes y el unicornio, escrito hace más de 20 años, entre otras actividades.

"Yo empecé con este trabajo hace muchos años, más de 30, y fue de manera accidental, pues en mis inicios no se realizaba en México de una manera continua. Pese a ser un proceso muy antiguo, su uso era más didáctico para enseñar el proceso de la luz en las escuelas, pero sin ánimo de llevar este sistema a la búsqueda de imágenes artísticas", comentó.

Las cámaras estenopeicas actúan bajo un proceso milenario pero muy interesante, y curiosamente, hoy en día, es una técnica fotográfica que se está poniendo en práctica en todo mundo. El pasado 27 de abril se celebró su día internacional.

La técnica funciona así, explicó Jurado: "Es la transmisión de la luz y proyección en una caja oscura, es decir, es la cámara fotográfica sin lente; se busca aprehender una imagen por medio de la luz que la transmite, utilizando un pequeño agujero (estenopo) por donde pasa la imagen, y se proyecta dentro de una caja oscura, que puede ser una caja, un cuarto, una habitación o una lata, simplemente que necesita estar sellada a la luz".

En su niñez, Jurado acudió a la Escuela La Esmeralda cuando ésta se iniciaba, y fue alumno de Antonio Ruiz El Corzo, así como de Maria Izquierdo, con quienes desarrolló su técnica pictórica un poco al margen de la pintura mexicana, que en ese entonces tenía cierto apogeo.

Este artista polifacético que ha abordado diversas técnicas como la pintura y la fotografía (en sus diversas vertientes), a sus 80 años sigue ilusionado como un niño con el proceso fotográfico que tiene más de magia que de técnica, y reflexiona en torno a la vuelta de este tipo de creación visual en un mundo donde la tecnología es el pan nuestro de cada día.

"Los que nos dedicamos a esto creemos que se debe, tal vez, a la posibilidad de hacer cosas más individuales, más personales y no tan mecánicas, tan automáticas como lo hace ahora la tecnología moderna, como querer huir un poco de la posible robotización y volver elementos más primitivos", dijo.

A diferencia de las cámaras normales, prosigue Jurado, en la estenopieca la cámara lo manipula a uno, porque en primer lugar no hay visor, en segundo, no se sabe exactamente el ángulo que uno va a captar y, finalmente, tampoco se sabe si la imagen que se creyó haber aprehendido quedó bien, misterio que sólo se resuelve cuando uno revela la película.

Siendo México uno de los primeros países en América Latina donde se desarrolló la fotografía estenopeica, el fotógrafo mexicano destacó que el nivel de los artistas visuales nacionales en este terreno es notable, y mencionó los talleres que imparte Daniel Mendoza, uno de los más importantes en México.

"No se trata de hacer una comparación con la fotografía tradicional; son mundos distintos, pero por sus características la estenopeica produce ciertos ambientes, ciertas atmósferas que le dan a la fotografía o a las imágenes un toque misterioso, vago, gracias a que uno tiene que fabricar sus propias cámaras, y eso permite alterar los formatos y salir de lo tradicional", respondió Jurado al cuestionamiento sobre la práctica de esta técnica.

Con ese tono juguetón, casi infantil, Carlos Jurado afirmó que la fotografía estenopeica sigue siendo una especie de magia que se consigue solamente con procesos de alquimista, un alquimista que, a lo largo de 30 años, se ha hecho amigo de la luz y sus imágenes.

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